Pienso en las conversaciones trascendentales que no tendré con mis padres
En las tardes con amigos que no disfrutaré
En las relaciones que nunca tendré
En la satisfacción propia que no sentiré más
En las personas que no podré ayudar
También inevitablemente en las vidas en las que no irrumpiré y no me recordarán
En la familia que no formaré y los problemas de casa que no sufriré
En las enfermedades que nunca sentiré en mi piel
En la gente que no saludaré por la calle
En las canciones que no gritaré y en las que no le cantaré a nadie al oído
En las críticas más duras que jamás recibiré y las cartas de agradecimiento de amigos que tampoco llegarán a su destinatario
Pienso en las películas que no comentaré
Y en la ropa que no disfrutaré probando
En los instrumentos que no me culparé por no haber aprendido a tocar
En las lágrimas perezosas que nunca verán la luz del día
En los libros bestsellers que no me engancharán
En toda la chatarra inservible que no adornará mi trastero así como otras banalidades que no harán mi vida especial
No puedo evitar pensar en las fiestas a las que no asistiré con mis mejores atuendos
En las crisis y momentos de unidad que sé que no viviré con mis amigos más íntimos
En las gotas de lluvia que no calarán mi ropa, ni mis huesos, ni mis ideas
En definitiva, pienso en la vida feliz que NO llevaré
Pero
¿Debo pensar todo esto por el mero hecho de estar
Deprimido?
Tengo claro que no. Porque yo, solo yo estoy
Vivo
Descartes dijo eso de: Pienso, luego existo. Se equivocaba
Yo existo porque no pienso.